A veces, por no hablar de muy pocas, surgen sinergias de fusionar espacios opuestos, como la sencillez y la complejidad, la pubertad y la vejez, la música y el silencio, la libertad y las barreras. Robe, el de Extremoduro, el de él mismo, ha logrado esas sinergias este domingo... y eso que ya no está.