Una oda al pádel para coronar a los maestros Tapia y Coello

La final entre Federico Chingotto y Alejandro Galán frente a Arturo Coello y Agustín Tapia , en un Palau Sant Jordi lleno hasta la bandera, fue una auténtica oda al pádel. Un duelo de altísimo nivel que se decidió por pequeños detalles y que necesitó de la muerte súbita del tercer set para coronar a los maestros. El primer set fue una batalla de desgaste. Galán y Chingotto entraron en el partido en modo diésel, ganando solidez con el paso de los juegos, mientras que los Golden Boys alternaban momentos de genialidad con fases más irregulares. La igualdad fue total y el desenlace llegó en el tie break, donde la consistencia de Chingotto y la eficacia ofensiva de Galán inclinaron la balanza a favor de los de Jorge Martínez , aprovechando varios errores no forzados de Tapia y Coello en un momento decisivo. Los números uno reaccionaron en la segunda manga. Coello y Tapia lograron el break en un vibrante octavo juego, después de colocarse 0-40 al resto. Chingotto y Galán salvaron las primeras opciones, pero a la cuarta bola de ruptura los líderes del ranking se pusieron 5-3. Con su servicio no fallaron, cerraron el set y forzaron el tercer y definitivo parcial. La locura llegó con 5-4 y servicio para Tapia y Coello en la tercera manga, que dispusieron de bola de partido. Galán y Chingotto levantaron entonces un punto imposible, defendiendo buena parte del intercambio en posiciones cambiadas, con Federico sosteniendo el punto desde el lado del revés. En la mente de los números uno reaparecieron, seguramente, los fantasmas del pasado, cuando en la final del Finals del año anterior dejaron escapar una bola de partido ante Jon Sanz y Coki Nieto . El desenlace fue un tie break vibrante. La pareja dirigida por Gustavo Pratto arrancó con un contundente 6-1 en la muerte súbita, pero Galán y Chingotto no se rindieron y se acercaron hasta el 6-4, quedándose a solo dos puntos de una remontada memorable. Fue entonces cuando Agustín Tapia se echó el equipo a la espalda y, con un espectacular remate en salto desde la posición habitual de Arturo Coello , selló la victoria y el título de maestros. Un triunfo especialmente significativo para Coello , al que este trofeo se le había resistido hasta ahora. Los números uno ponen así la guinda a una temporada excepcional, conquistando un título muy especial que el año pasado se les escapó por un solo punto y con el que, esta vez sí, lograron resarcirse.