Hay palabras que no se pronuncian sin que algo en el aire cambie de peso. “Genocidio” es una de ellas. No se trata de un recurso retórico para encender titulares ni de un adjetivo disponible para embellecer argumentos coyunturales. Es un concepto cargado de historias enteras de destrucción, historias que exceden cualquier debate político inmediato y que arrastran consigo el sufrimiento real de pue... Continuar leyendo...