Hubo un tiempo, antes y durante la dominación romana, en que una ardilla podía cruzar toda la Península Ibérica saltando de un árbol a otro y sin pisar jamás el suelo. Esa imagen ha servido durante décadas para sustentar la idea de unos bosques prístinos, enormes e inmaculados, antes de que la civilización humana hiciera mella en ellos. Pero es tan falsa como romántica. La inventó Félix Rodríguez de la Fuente para un capítulo de la serie ‘El hombre y la tierra’ dedicado a la fauna ibérica emitido en 1975, y la repitió cambiando la ardilla por un águila. Hoy en día los historiadores dudan de que en España hubiera en esa época tal densidad forestal, entre otras cosas porque la madera se usaba para todo y nadie por entonces pensaba en la reforestación.