El Monasterio de San Juan de la Penitencia y el de la Santísima Trinidad y Santa Lucía de Orihuela mantienen viva una herencia que combina tradición, fe, saber hacer y un vínculo profundo con la Navidad oriolana. Ambas comunidades continúan elaborando dulces conventuales con métodos artesanales, respetando recetas centenarias que forman parte del patrimonio gastronómico de la ciudad.