Emprender con solo 18 años supone, de entrada, enfrentarse a una falta de experiencia previa, tanto en la gestión empresarial como en un sector tan competitivo como el de la moda. En el caso de Luis Rodríguez, a ello se suma el hecho de que no procedía de un entorno vinculado directamente a la moda, lo que le ha obligado a aprender con rapidez sobre producto, proveedores, márgenes y comportamiento del cliente.