Se enamoró de Argentina, no le importó dejar la medicina para ser albañil, y hoy ejerce su vocación con éxito: “Un hermoso virus”

Tras un peculiar encuentro en su país natal decidió vivir en Argentina, un país que lo llevó a atravesar una odisea llena de luces y sombras, pero de la que no se arrepiente: “La libertad y la dulzura argentina nadie me las va a quitar”