Al final, lo que todos queremos es que alguien nos escuche. Repudiado por muchísimos, excepto Froilán, gran consejero; una de sus hijas y un empresario gallego paganini, clamaba en el desierto. En el de Abu Dabi, para ser más exactos. Así que el rey emérito, Juan Carlos de Borbón, se ha ido a que lo confiese una francesa. Darle la chapa, y que te preste atención, a una francesa: algo así como el sueño del hombre del landismo, que aún persiste. El landismo.