Dos Hermanas es el kilómetro cero del Peugeot que metió a España en su peor atasco político. Sánchez puso la era en el feudo más leal del socialismo. Llegó con lo puesto para desafiar a Susana Díaz en los estertores de ese socialismo que empezó en Felipe y terminó en los ERE. Ayudado por los que hoy son clientes habituales de la portada de delitos económicos y por los desencantados de la baronesa andaluza: el pope Toscano y Salazar, los chicos de Celis, Montero y sus expertos, Sánchez se hizo con la dirección del partido. El resto ya lo saben. Hoy el PSOE está en clara descomposición y en una crisis tal que cuando quiera volver a llenar el icónico velódromo nazareno lo va a tener que ceder a Instituciones Penitenciarias.