El presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, no ha dejado sin respuesta las acusaciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien en un acto electoral en Cáceres le reclamó neutralidad y le replicó que «el tiempo en el que los obispos interferían en la política acabó cuando empezó la democracia en este país», ante su petición de elecciones anticipadas en una entrevista de prensa. Argüello, a través de un mensaje en X, en clara alusión a las palabras de Sánchez, explicó que no puede ser «neutral» ante «el respeto a las reglas básicas del Estado de Derecho». En concreto, en un mensaje publicado en X, Argüello contestó: «Ante el respeto a la vida y su dignidad, la comprensión y el apoyo a la familia en materia de vivienda y educación, la acogida de inmigrantes, el servicio a los pobres, la libertad religiosa y de conciencia y el respeto a las reglas básicas del Estado de Derecho , no soy neutral» . El texto suponía también una respuesta a la acusación que este domingo le había hecho el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, de falta de neutralidad política de la Iglesia por pronunciarse «a favor del fin del actual Gobierno», y le pedía que respetara la democracia y al Ejecutivo. Las declaraciones tanto de Sánchez como de Bolaños, responsable en el Ejecutivo de la interlocución con la Iglesia católica, habían sido respuesta a la entrevista publicada por el diario La Vanguardia en la que Argüello argumentaba que ante la actual situación política solo cabían tres opciones: «una cuestión de confianza, una moción de censura o dar la palabra a los ciudadanos». Una idea que ya adelantó el pasado junio en una entrevista a ABC en la que sostenía que la única «salida a este bloqueo institucional es dar voz a los ciudadanos». Ante esa propuesta, en un acto en Cáceres, que paradójicamente se celebraba en una iglesia desacralizada, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se refirió a la polémica al afirmar que en la Conferencia Episcopal «cuando gobierna la derecha no dicen eso, quieren que se respeten los cuatro años que establece la Constitución», al tiempo que ofreció a Argüello una cuarta opción: «respetar el resultado electoral aunque no te guste». «Le digo a Argüello que hay una cuarta opción, respetar el resultado aunque no te guste. También le animo a lo siguiente: si se quiere presentar a unas elecciones, tiene la asociación ultraderechista Abogados Cristianos, que se presente y a ver qué resultado saca», añadía el presidente durante el acto de campaña socialista. Asimismo, le recordó que «el tiempo en el que los obispos interferían en la política acabó cuando empezó la democracia». Así, no es la primera vez que el presidente de la Conferencia Episcopal hace manifestaciones relacionadas con la realidad social y política, en aspectos tan diversos como la denuncia sobre la situación de la vivienda o el apoyo a la integración de los inmigrantes. En esos casos, desde el Ejecutivo nunca le han reclamado neutralidad. En esa línea, este mismo sábado, también en X, afirmaba que «la diferencia entre un Estado y una banda de bandidos está en que estos se remiten a normas pragmáticas, establecidas por el grupo mismo. Un Estado se caracteriza por la existencia de normas universales —principios éticos, extraídos de la Creación— que fundamentan la justicia».