Chile se enfrentaba este domingo a las primeras elecciones de su historia en las que el voto era obligatorio y la ciudadanía ha devuelto a un ultraderechista a La Moneda, 35 años después de que el dictador Augusto Pinochet abandonase el edificio. José Antonio Kast ha arrasado en la segunda vuelta, obteniendo un 58,6% de las papeletas, a la comunista Jeannette Jara, que ganó la primera vuelta, pero con un 41,4% ha cedido ante el agrupamiento de voto de derechas en torno a su contrincante. El pueblo chileno ha decidido otorgar el poder a la alternativa más reaccionaria desde la superación de la dictadura militar que se cobró miles de vidas. Dictadura a la que Kast apoyó en su juventud y que no ha dudado en defender en más de una ocasión. "Si estuviera vivo, votaría por mí", presumió el nuevo presidente en 2017, en su primera intentona por hacerse con el poder, haciendo alusión a Pinochet. Sus propuestas políticas, poco innovadoras, siguen las tesis de la ola reaccionaria mundial, comandada por Donald Trump y emulada por el resto. "Dios, Patria y Familia" es uno de los lemas que le ha acompañado durante la campaña electoral, anticipando medidas políticas como el retroceso en el derecho al aborto, que ya ha anunciado que quiere cercenar. En esta misma línea, el ultra defensor de la dictadura militar también ha utilizado la inmigración como arma arrojadiza, culpándola de la inseguridad y la delincuencia, y ha llamado al cierre de fronteras y a un endurecimiento de las políticas en esta materia. Sin cifras ni estadísticas ni fundamentos, todo mero discurso de odio. Estados Unidos ya tiene el presidente chileno que quería, el pueblo lo ha hecho posible, y las grandes alamedas a las que aludió Gabriel Boric en su discurso de investidura, haciendo propias las palabras de Salvador Allende, vuelven a cerrarse, una vez más a manos de un pinochetista. Migrantes, mujeres, estudiantes y, en definitiva, el conjunto de la clase trabajadora pagará estos resultados que, a través de las urnas, los propios trabajadores han propiciado, subiéndose a la ola reaccionaria que inunda las democracias liberales. Resultados y reacciones internas Los datos publicados por el Servicio Electoral de Chile (Servel), con el 100% escrutado, recogen que se han emitido 10.380.322 votos válidos, de los cuales 6.084.364 han sido para Kast y 4.295.958, para Jara. El total de votos emitidos, 11.167.420, incluye 650.294 votos nulos (5,82%) y 136.804 votos en blanco (1,23%). La candidata de izquierdas ha reconocido su derrota con un mensaje en su cuenta de Twitter, donde ha subrayado que "la democracia habló fuerte y claro". "Me acabo de comunicar con el presidente electo Jose Antonio Kast para desearle éxito por el bien de Chile", ha señalado antes de asegurar a sus votantes que "seguiremos trabajando por avanzar en una mejor vida en nuestra patria". "Juntos y de pie, como siempre lo hemos hecho", ha agregado. "Nos va a tocar ser oposición y quiero decirles que el camino de la unidad es el...