Durante algunos años fue una de las estrategias preferidas por las gestoras de private equity para maximizar la rentabilidad de sus fondos: comprar grupos cotizados, que por la debilidad de los mercados tenían precios atractivos, excluirlos de Bolsa y prepararlos para una venta posterior. Pero, ahora, la situación de las acciones es bien distinta, sobre todo en Europa, y esto ha hundido a niveles mínimos las operaciones de este tipo. Leer