La muerte del director estadounidense Rob Reiner y su mujer, la fotógrafa Michelle Reiner, mantiene en vilo a Hollywood. Tal y como ha avanzado el corresponsal de COPE en Estados Unidos, David Alandete, en el programa 'La Tarde' con Pilar García Muñiz, la pareja fue hallada sin vida en su casa del exclusivo barrio de Brentwood, en Los Ángeles, con signos de haber sido acuchillados. Los cuerpos fueron encontrados por su hija menor, Romy, de 28 años. Aunque Reiner, de 78 años, no era una figura de primerísima línea para el gran público, es considerado un titán del cine de los años 80 y 90. Como director, fue el artífice de películas icónicas como 'Cuando Harry encontró a Sally' o 'La princesa prometida', una cinta de culto que dejó para el recuerdo la mítica frase: "Hola, me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre, prepárate a morir". También dirigió adaptaciones de novelas de Stephen King como 'Misery' y el drama judicial 'Algunos hombres buenos'. Además de su faceta como director, por la que fue nominado cuatro veces al Globo de Oro, Reiner también tuvo una carrera como actor, con dos premios Emmy en su haber y apariciones en películas como 'El lobo de Wall Street' y 'Algo para recordar'. La noticia conmocionó a la industria este pasado martes. Según Alandete, los cuerpos de Rob Reiner y su mujer, una afamada fotógrafa de 68 años muy conocida en Hollywood, presentaban señales de "haber sido degollados, literalmente". La policía de Los Ángeles está tratando el suceso como un posible homicidio y la investigación sigue abierta. Según varios medios estadounidenses, los agentes estarían interrogando a un familiar cercano. La revista People ha señalado directamente que esa persona sería Nick Reiner, el hijo mediano de la pareja, de [32 años]. Sin embargo, el corresponsal de COPE ha matizado que "es un poco precipitado en este momento apuntar a él", ya que por ahora no se han presentado cargos de forma oficial. Nick Reiner era conocido por ser "la oveja negra" de una familia en la que todos sus miembros, incluido el abuelo, el comediante Carl Reiner, estaban ligados a la industria del cine. El hijo mediano tuvo problemas con las drogas y llegó a vivir en la calle durante un tiempo, aunque en entrevistas recientes había afirmado haberse reconciliado con su familia y haber vuelto al seno familiar. La conmoción por el suceso no solo se ha sentido en Los Ángeles, sino también en la costa este. David Alandete ha explicado que Rob Reiner "era un gran donante del partido demócrata" y una figura influyente que "se veía con presidentes". Además, era un conocido defensor de causas como la inmigración o el apoyo a Israel, lo que explica el impacto de la noticia también en círculos políticos de Washington y Nueva York.