No porque se ponga cara seria al hablar se es más amable ni más convincente. Ya decía Montesquieu que la gravedad es el escudo de los tontos, y cuando esa gravedad se utiliza de forma continuada suele ser la máscara de los mediocres que no se percatan, como ya advirtió Averroes, de que la estupidez es una de las cuatro cosas que no pueden ocultarse durante largo tiempo. Asistimos estos días a una continua comparecencia de responsables políticos que pretenden tomarnos el pelo, posando con ademanes serios y expresiones rotundas, para intentar convencernos de su absoluta lejanía y desconocimiento sobre personajes de su entorno que han incurrido en hechos tan graves como la corrupción galopante que se investiga o los... Ver Más