Muy en el estilo judicial, los supremos evitaron innovar y se apegaron a la tradición. Pese a la soterrada amenaza de un enfrentamiento con la ministra María Angélica Repetto, el plenario optó por la prudencia y votaron de forma unánime por la primera antigüedad. Pese a eso, los magistrados que respaldaban la opción de la jueza de la Primera Sala pronunciaron duras críticas a quien se hizo conocida en 2003 como la "jueza de hierro" del caso MOP-Gate.