El FC Cartagena atraviesa el momento más delicado de la temporada. Lo que comenzó como un curso ilusionante, con un equipo sólido y fiable, se ha convertido en apenas mes y medio en un escenario marcado por la desconfianza, las dudas y un evidente bajón deportivo. La derrota del pasado domingo en Tarragona (2-0) no solo supuso un tropiezo más, sino la confirmación de que lo deportivo está totalmente condicionado a lo institucional.