En A Granxa de Fina, en Pontevedra, los caballos ejercen de terapeutas desde el año 2019. Consiguen que el latido de quien está a su lado se acompase con el suyo, transmitiendo una sensación de calma contagiosa. Ese es uno de los beneficios de la equinoterapia, un tratamiento terapéutico que defiende el contacto con los equinos para mejorar la vida, especialmente, de las personas con diversidad funcional o dificultades de aprendizaje.