Los números más recientes de la economía confirman los temores que muchos analistas ya habían anticipado. El crecimiento económico se ha estancado, y de hecho se contrajo un poco entre julio y setiembre. El problema es que el gobierno acaba de impulsar un presupuesto basado en cálculos de crecimiento muy optimistas. Y no se ve a corto plazo ni medidas ni proyectos claros que permitan anticipar que se pueda revertir esta tendencia. Los próximos meses serán clave.