Decía Óscar Wilde, que en esto de las reflexiones para la posteridad era de diez, que “la memoria es el diario que todos llevamos con nosotros”. Pues a modo de cuaderno de bitácora, en este 125 aniversario del hundimiento de la Gneisenau, tendríamos que escribir, con buena letra y coordenadas muchas acciones que tenemos pendiente con ese naufragio, el de aquel buque escuela alemán que se convirtió en un hito en la historia de Málaga.