Señoras, señoras, me alegro, buenos días. Esta es la alegría que se produce en un cuerpo normal después de saber que Pedro Sánchez va a estar hasta 2027 y hay algunos años más si los españoles le eligen. Hombre, eso no lo añadió, lo de “si los españoles me eligen”. Con lo cual, alguno particularmente se hizo, dirá: “Este, es que va a haber que echarle por las malas”. No, no. Si pierde unas elecciones y no puede formar una mayoría, digo yo que se irá. Digo yo, pero no digo más. Bueno, hoy una borrasca, este martes 16 de diciembre de 2025, va a dejar lluvia en una buena parte del país: Asturias, sur de Cataluña, Comunidad Valenciana. Y bueno, bajan las máximas, salvo en Canarias. En Canarias van a vivir, pues, 20, veintipocos grados, no mucho más, que es lo que viene siendo de suyo. Ayer, con comparecencia de Pedro Sánchez para hacer balance del año. Me gusta cómo lo describe Jesús Lillo en ABC: “Para ser Sánchez hay que nacer, pero es que luego hay que entrenar todos los días”. ¿Para qué? Para poder llevar a cabo o dejar la sensación de que la realidad es una cosa y Pedro Sánchez es otra cosa completamente diferente. Pues Sánchez, después de la comparecencia de ayer, lo que le queda es dar las campanadas en TVE. ¿Por qué no le saca de la Moncloa ni la Guardia Civil? Tal vez sí; ya decíamos el otro día qué día entra la UCO en la Moncloa. No sé, a lo mejor esa es la única manera de sacarle de allí. Desde luego, no a elecciones adelantadas. Pero ¿de qué me está usted hablando? No: moción de censura, no; cuestión de confianza, no. Y el socio este que tengo, Sumar, que pide que vaya cambiando… ministros, ojo a ver si te cambia a ti, Yolanda. La idea de Pedro Sánchez es seguir en el cargo el tiempo que sea necesario, con el coste económico que tenga para el país. Porque ayer dedicó perfectamente diez minutos a quitarse de encima, como si ya lo hubiera solucionado, el caso Koldo, el caso Leire, el caso Plus Ultra, a Santos Cerdán, a los acosadores, a los de aquí, a su hermano, a su mujer y a todo lo demás. Oiga, en diez minutos, y luego cincuenta al autobombo. Pero lo que queda claro es que, aunque sigamos sumando casos de acoso sexual protagonizados por cargos de su partido, él va a seguir. «Creo que este Gobierno está haciendo una gestión extraordinaria y mi voluntad es firme. Vamos a acabar la legislatura en 2027 y vamos a continuar con esta hoja de ruta que están desempeñando con éxito todos y cada uno de los ministros y ministras del Gobierno de España». Bueno, ya lo ven. Vive en su mundo de Matrix, ese en el que un Gobierno se ha pringado hasta las trancas de corrupción y de escándalos de acoso sexual y, a su juicio, es el mejor de la historia de España. Pues si este es el mejor de la historia de España, ¿cómo habrán sido los peores? Vamos a un infierno, el séptimo, que se recuerda por lo más malo que se recuerda. Como es que el inicio Camacho no le cree. Solo nos faltaba que, en la patología narcisista de este personaje, nos dijera que su Gobierno nos sienta bien. ¿Qué le merecemos? Bueno, pues ahí lo tienen ustedes. ¿Qué voy a decirles más de este hombre, que dice que tiene determinación, energía? Se va a reunir con Oriol Junqueras. Por primera vez, no es que no se conozcan; se conocen, se han hablado en el Parlamento, etcétera, etcétera, se han enviado mensajes. Pero le va a convocar a la Moncloa, uno de los amnistiados condenados por golpista, el golpe de 2017 en Cataluña. Más claves del análisis de Herrera en el audio adjunto.