La voluntad, por encima de la sustancia

Incombustible, aunque humeante, Pedro Sánchez compareció ayer ente los medios con un despliegue de optimismo, convencido de que las buenas noticias económicas y un descuento en el transporte público serán suficientes para seguir. El presidente se deja en el camino fragmentos de sí entre operaciones de la UCO y exceso de cachondina en sus cuadros masculinos. Desgaste tras desgaste, Sánchez lleva camino de mantener en pie a su Gobierno al modo en el que Italo Calvino explicaba la esencia de Agilulfo, el héroe de su novela El Caballero Inexistente: era una armadura hueca sostenida solo por su voluntad de existir. Eso sí, con un abono para que viajemos en tren debajo del brazo.