El IBEX 35 ha superado los 17.000 puntos por primera vez en su historia, alcanzando un nuevo máximo histórico al cierre de la jornada de ayer. Sin embargo, el analista económico Marc Vidal, ha pedido cautela y ha subrayado la importancia de "no confundir aquí bolsa con economía". Vidal ha explicado que un buen rendimiento en el parqué no es un indicador directo de la salud económica general. Según el analista, "un récord en el parqué no certifica que la economía esté sana". Ha señalado que el IBEX "no mide bienestar", y que una subida de las empresas cotizadas "no implica automáticamente más producción, más innovación o más renta real para los hogares". Además, el economista ha destacado que el avance actual es principalmente sectorial, con la banca pesando y traccionando del conjunto del selectivo. Este factor, ha dicho, "engorda los márgenes y resultados" de las entidades financieras, pero "no garantiza una mejora estructural de nuestro tejido productivo, un salto cualitativo de la industria o una mejora salarial". A pesar de que un mercado alcista ayuda a "recuperar la confianza inversora", Vidal ha cuestionado el origen de esta confianza. Ha argumentado que no parece nacer de "reformas verificables o de un giro industrial profundo", sino de un "ecosistema de liquidez y crédito abundante que lo sostienen los bancos centrales". En este sentido, ha recordado el precedente de 2007, cuando un máximo histórico similar precedió a una "crisis colosal". Ha advertido que, aunque un récord no causa una crisis, a veces se alcanza por factores como "el crédito fácil, la euforia mediática y la complacencia analítica". Por ello, ha lanzado una seria advertencia: "Si en algún momento esa liquidez exige respaldo productivo, pues se puede caer todo el andamio". No obstante, Marc Vidal también ha reconocido que la subida de la bolsa "tampoco es irrelevante". Ha explicado que un mercado alcista mejora la financiación de las empresas y concede "un bien preciado" en la actualidad: las expectativas. Finalmente, el analista ha concluido que para que este récord bursátil se convierta en una verdadera oportunidad, es necesario que esas buenas expectativas "se traduzcan en productividad real, empleo y capitalización bursátil". Solo entonces, ha afirmado, "el récord dejará de ser un titular y empezará a ser por fin una oportunidad".