El acceso a la vivienda ya preocupa más a los extremeños que el funcionamiento de la sanidad. Según el último barómetro del CIS, esta cuestión se ha convertido en la tercera principal preocupación en la comunidad, relegando a la sanidad al cuarto puesto. Este cambio de tendencia se produce en un contexto donde los precios, tanto de compraventa como de alquiler, han experimentado un notable crecimiento junto a la demanda, a pesar de que históricamente se habían mantenido por debajo de la media nacional. Los distintos partidos que concurren a las Elecciones Autonómicos del 21D llevan en sus programas distintas propuestas para tratar de paliar este problema: vivienda protegida, bajada de impuestos de transmisiones patrimoniales, topes al alquiler, pero ¿son parte de la solución? . Francisco Marroquín, presidente de los agentes inmobiliarios de Cáceres, analiza la situación y apunta a que la solución no es sencilla. Para el experto, aunque las competencias de vivienda son autonómicas y el gobierno resultante de las elecciones tendrá margen de maniobra, el problema es complejo. Señala dos causas principales: los problemas demográficos, con una población envejecida que se concentra en los núcleos urbanos, y las políticas de vivienda aplicadas, criticando duramente la ley estatal de vivienda 12/2023, que califica como "un auténtico cataclismo". Marroquín advierte que la construcción de vivienda nueva, ya sea social o protegida, es un proceso lento. "Una vivienda tarda en del orden de 4 o 5 años en generarse", afirma, un plazo demasiado largo para la situación actual. Por ello, insiste en que antes de atacar el origen del problema, es vital buscar soluciones a corto plazo. "Lo primero que tendremos es que taponar la hemorragia, y luego ya atacaremos o combatiremos la causa", explica gráficamente. La propuesta del sector pasa por lo que denominan "regeneraciones de vivienda". Según Marroquín, existe un parque de viviendas que no son habitables y que no cumplen los estándares mínimos, las cuales están actualmente fuera del mercado. Acondicionar y hacer llegar estos inmuebles al mercado podría ser una solución más inmediata. "Hay viviendas que no llegan al mercado bien por falta de accesibilidad o habitabilidad, o bien porque directamente al propietario le es más barato tenerla cerrada", debido a la "tremenda inseguridad jurídica". Aunque no existen cifras exactas, Marroquín estima que estas viviendas rehabilitadas podrían dar respuesta a entre un "20 y un 25 por cien de los demandantes". A pesar de ello, lamenta que de momento no ha "escuchado a ningún partido político acometer o por lo menos proponer estas reformas". Todos los programas electorales, señala, se centran en la promoción de vivienda protegida, una medida que considera necesaria a largo plazo pero insuficiente para la "emergencia habitacional" actual. El presidente de los agentes inmobiliarios de Cáceres es tajante sobre la evolución de los precios: "Actualmente no hay ningún síntoma que nos haga prever una bajada de vivienda". En el mejor de los escenarios, podría alcanzarse una estabilización en los precios de compraventa, pero no en el alquiler. "El alquiler va a seguir estando absolutamente inasequible", sentencia Marroquín, quien augura que a corto plazo continuará subiendo. El experto recuerda que, salvo catástrofes como la crisis hipotecaria de 2008, "el ladrillo nunca jamás ha bajado de precio", sino que, al revés, "siempre se ha revalorizado". Como prueba, menciona que viviendas de los años 60 y 70 siguen subiendo de precio en el mercado actual, un fenómeno observable simplemente "dándose una vuelta por las calles". Por tanto, concluye, "que nadie se espere una bajada".