El pescaíto frito es uno de los grandes símbolos de la gastronomía andaluza. Crujiente, sabroso, popular y ligado a las barras sevillanas y a la cerveza bien fría. Ahora, ese ritual se abre a más públicos con la llegada de la freiduría La mar de fritos al Tiro de Línea. Una freiduría tradicional 100 % sin gluten , pensada tanto para disfrutar en el local como para llevar a casa. Detrás del proyecto está Grupo Leña , que da un paso firme hacia una hostelería más inclusiva sin renunciar al producto de lonja, al recetario clásico ni a los códigos de la freiduría de siempre. Es una freiduría–marisquería tradicional especializada en pescaíto frito sin gluten, adaptada específicamente para personas celíacas o con intolerancia al gluten, pero concebida para todos los públicos. Aquí no hay carta paralela ni excepciones: todo el concepto nace libre de gluten desde el origen. Democratizar algo tan cotidiano como el pescaíto frito y hacerlo accesible a quienes normalmente no pueden disfrutarlo con tranquilidad. La intención es clara: mantener la tradición, el sabor y la calidad del producto, eliminando el gluten de toda la operativa. El Grupo Leña, con Julio Ferraro como piedra angular del proyecto . Un grupo hostelero al que pertenecen establecimientos como Leña al Lomo, Restaurante Armanda, el obrador artesanal Don Dulzón o la cervecería Casa Molina, entre otros, con experiencia en distintos registros de la hostelería y que ahora traslada su 'know-how' a un concepto muy reconocible en Andalucía. Cocina tradicional andaluza, con protagonismo absoluto del pescado y el marisco . Se trabaja con pescado de lonja, frituras clásicas y marisco cocido en cocedero propio, además de tapas frías, calientes y una amplia oferta de papelones y gildas. En los fritos , destacan clásicos como boquerones, calamares, pijotas, chocos, salmonetes o taquitos de bacalao, además del frito variado para compartir. En los platos fríos, se pueden encontrar elaboraciones como la ensaladilla de gambas al ajillo y melva canutera, las papas aliñás con melva, el cóctel de marisco o los huevos rellenos con gambas. Entre los calientes y plancha, aparecen propuestas como atún encebollado, gambas al ajillo, chipi a la plancha, bacalao con tomate o albóndigas de choco con langostinos. Los papelones funcionan como acompañamiento ideal para el tapeo. Incluyen productos como mojama de atún, huevas de maruca, lomito ibérico de bellota, queso payoyo, queso azul o chorizo ibérico, pensados para compartir mientras llega el pescaito. La carta se completa con croquetas (de jamón o bacalao), montaditos con opción sin gluten y una amplia variedad de gildas , desde la clásica de anchoa hasta versiones con boquerón, matrimonio, cecina con queso o anchoa con huevo de codorniz. Con cerveza muy fría servida en tanque, vinos generosos, vermuts y una selección pensada para el aperitivo y el tapeo informal. El ritual de barra sigue muy presente. La decoración combina lo tradicional y lo contemporáneo. Destaca una barra de chapa metálica con azulejos blancos, rótulos de toda la vida y un tirador tradicional de cerámica de La Cartuja para Cruzcampo, que refuerza ese aire de freiduría clásica actualizada. Cuenta con terraza exterior de orientación sur , mesas altas y taburetes de aluminio tanto en el interior como en el exterior. Sí. El pescaito frito se puede encargar para llevar o consumir en el local. Además, a partir de enero se activará el servicio de reparto a domicilio en un radio de dos kilómetros. Miércoles y jueves: de 13:30 a 16:00 y de 20:00 a 23:30 h, y de viernes a domingo, de 13:30 a 23:30 h.