La alegría de Gala, una niña con un trastorno motor, se ha convertido en un símbolo de esperanza en el Complejo Hospitalario Universitario Materno Infantil de Gran Canaria. Gracias a un pionero exoesqueleto pediátrico, adquirido por el centro el pasado octubre, ha podido ponerse de pie y caminar sin dejar de sonreír. Isabel Santana, jefa de sección de Rehabilitación Infantil del hospital, ha explicado en el programa Herrera en COPE Canarias que esta tecnología supone un antes y un después para muchos pacientes. El dispositivo es un exoesqueleto robótico que incorpora un soporte de tronco y articulaciones motorizadas para los miembros inferiores. Según Santana, su objetivo es "permitir a aquellos niños que tienen trastornos motores [...] conseguir una bipedestación, o sea, estar de pie de forma segura, y le permite caminar de forma independiente". La especialista ha aclarado que no es necesario que el niño cuente con algo de movilidad, ya que cada caso se valora de forma individualizada. La tecnología cuenta con dos modos de funcionamiento. Para los niños que no pueden mover las piernas, utiliza un modelo automático donde los motores guían el movimiento. Para los que tienen algo de capacidad, funciona con un modo de intención de marcha en el que la máquina asiste el impulso del propio niño, disponiendo de diferentes programas y resistencias. Este aparato no solo es un avance para los pacientes, sino también para los especialistas. Como ha señalado Santana, "el fisioterapeuta no tiene que estar agarrando el niño" y puede interactuar con ellos cara a cara mientras maneja los parámetros desde una tablet. El propio exoesqueleto ayuda a movilizar las articulaciones y a trabajar la fuerza y el equilibrio. “Es también una gran ayuda para el fisioterapeuta. Es una herramienta útil para nosotros”, ha afirmado. El lado humano es fundamental en terapias de larga duración. Santana ha destacado la importancia del “aspecto lúdico”. En el caso de Gala, su felicidad es evidente: "Estuvo todo el rato sonriendo, entonces ella está encantada", ha explicado la doctora. Incluso ha contado, tal como le relató la madre, que Gala jugó al escondite ("fue al escondite") durante la sesión. Esta capacidad de que los niños exploren y participen "es muy importante, se muestran muy contentos, y nosotros también, claro, y su familia". Para ser candidato a esta terapia, los niños deben cumplir ciertos requisitos clínicos. Santana ha especificado que es necesario realizar una valoración individualizada, pero algunos criterios incluyen no tener deformidades ni flexos en los miembros inferiores mayores de 20 grados, contar con una flexión dorsal del pie adecuada y una espasticidad controlada. Además, no deben padecer problemas cardiorrespiratorios graves ni epilepsia no controlada.