El presidente de la fundación eAtlantic y exlendakari, Iñigo Urkullu, ve difícil visualizar en el País Vasco «un ultranacionalismo de derecha supremacista», como ocurre en otros lugares de la UE, pero no del «extremo contrario», con una ideología comunista. Además, cree que el «enrocamiento» del presidente Pedro Sánchez y su insistencia en que «va a aguantar» más allá de este lagislatura, no beneficia al PSOE ni a Sumar, sino a Vox . En una entrevista en Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Urkullu ha destacado su preocupación por «las corrientes que existen a nivel internacional y que se dan en estados miembro de la UE, provocando incluso situaciones de «gobiernos de coalición o bien apoyados por formaciones ultranacionalistas, que no es lo mismo que lo que pueda representar el nacionalismo moderado, el nacionalismo de compromiso institucional», como el de Euskadi. «Pero se dan este tipo de situaciones que obedecen a muchos factores y que también aquí en el Estado español pueden darse. Lo estamos viendo en el incremento de intención de voto de Vox, que opera dentro de lo que es el ámbito democrático, institucional, pero que tiene una ideología determinada que se corresponde con esas formaciones de ultranacionalismo, de ultraderecha, extremistas que se dan también en países de la propia UE», ha indicado. A su juicio, esto puede obedecer a que no se haya a hecho «pedagogía ante nuevas generaciones de lo que fue un periodo de régimen totalitario dictatorial anterior, a una transición a una democracia imperfecta, si se quiere». « No hemos hecho la pedagogía suficiente , como no la hemos hecho tampoco quizá con el fenómeno del terrorismo, pensando en que nunca se volvería a vivir una situación de estas«, ha añadido. El exlehendakari ha advertido de que se puede estar «ante riesgos de volver a vivir situaciones de estas». «Por no haber hecho pedagogía suficiente, hemos también facilitado que otras estrategias, otras maneras de proceder, sea desde las redes sociales, los videojuegos también, con una concepción de sociedad que afecta a adolescentes, en orden a lo que es el machismo o el contrafeminismo», ha subrayado. Se trata, según ha apuntado, de «circunstancias que se han ido viendo» y ante las que es posible que no se haya «actuado con diligencia suficiente». Iñigo Urkullu ha asegurado que «esto existe en el Estado español» y se corre «el riesgo también de vivir situaciones que se están dando en otros estados de la Unión Europea». En el País Vasco, ha dicho que «quizá es más difícil visualizar lo que pudiera ser el ultranacionalismo de derecha supremacista que se da en el conjunto del Estado español de una manera creciente, pero sí quizá en el ámbito contrario, en el extremo opuesto». «Estamos viviendo situaciones en Euskadi preocupantes, de utilización de expresiones de violencia que creíamos desterradas o superadas, y sin embargo estamos viviendo con un planteamiento ideológico que se dice comunista«, ha manifestado. Urkullu ha explicado que es probable que «tampoco se ha pedagogizado en lo que pueda haber sido el carácter totalitario de un régimen como pueda ser un supuesto ámbito de izquierdas, como es el comunismo». « Yo creo que se terminó con el fascismo, pero el comunismo no deja de ser también un régimen totalitario , un régimen de alguna manera dictatorial«, ha indicado. Preguntado por si ve peligro de rebrote de la violencia en Euskadi, ha dicho que «ojalá que no», pero constata «que ha habido brotes de intolerancia , de no admisión de quien piensa de una manera contraria o de una manera diferente«. «Esto lo hemos visto en pintadas, en acosos, en actuaciones contra lo que la representación de la Ertzaintza como sistema institucional, y eso es algo que preocupa, no quizá de una manera generalizada todavía, pero sí que se están dando gestos o hechos que no considero esporádicos, sino que obedecen a una estrategia bien planificada», ha avisado. Sobre la situación política de Euskadi, ha considerado que las diferentes formaciones políticas, «más allá de la defensa de los modelos de cada uno, hay puntos en común, puntos de encuentro, en orden a cuestiones estructurales», como es «la estabilidad institucional» y, por tanto, la gobernabilidad, lo que supone diálogo y negociación para llegar a acuerdos. Tras señalar que «ojalá fuera posible con todas las formaciones política s», ha destacado que «es algo que no se da en el conjunto del Estado en este momento».