Durante décadas, Dunkleosteus terrelli fue presentado como el “aspirador” gigante del Devónico. Un pez acorazado colosal que, según los manuales, abría la boca y engullía a sus presas mediante una succión fulminante. Esa imagen acaba de derrumbarse. Un nuevo estudio demuestra que su técnica de caza era muy distinta… y mucho más violenta.