Jorge Pueyo ha roto la baraja. Otra vez. El único diputado de Chunta Aragonesista (CHA) en el Congreso de los Diputados ha anunciado que la próxima semana su partido celebrará una reunión sobre cuál debe ser su relación con el Ejecutivo de coalición de PSOE y Sumar. «Nuestra paciencia está absolutamente agotada con este Gobierno y más con estos casos de corrupción, machismo y prevaricación. Ya basta», ha dicho el parlamentario aragonés, quien ha avisado este martes en rueda de prensa en la Cámara Baja que el apoyo de CHA llegará a su fin en caso de que se demuestren las irregularidades existentes en torno a las empresas del grupo Forestalia, que actualmente están siendo investigadas por parte de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. «Transparencia y responsabilidades o si no, en caso de confirmarse todos estos escándalos judiciales que estamos viendo, ruptura», ha sentenciado Pueyo. Una declaraciones que no hacen si no desbaratar la estrategia de Yolanda Díaz en su gestión de esta crisis de gobierno, en la que ha optado por lanzar sucesivos órganos desdeñados por el PSOE —exigir una remodelación del Consejo de Ministros, una reunión con el socio mayoritario y estar presente en los encuentros que éste tenga con el resto de fuerzas del bloque de investidura—, aunque sin llegar a plantearse su salida del Ejecutivo. A ojos del diputado de CHA, el balance anual del presidente del lunes fue «cobarde», «lamentable» y «decepcionante». En este sentido, cree que la «cerrazón» del PSOE es un problema a la hora de ejecutar políticas públicas. Por último, avisa a los socialistas: si no impiden el «extractivismo» que, a día de hoy, castiga a los aragoneses en beneficio del oligopolio eléctrico, CHA no tendrá «nada más que hablar» con el Ejecutivo de Sánchez. «La pelota está en su tejado», ha zanjado. A finales de junio, coincidiendo con la entrada en prisión del exsecretario de Organización socialista Santos Cerdán, Pueyo ya dijo que todos los escenarios estaban abiertos, preguntado por su posible salida del Grupo Plurinacional. En la misma línea que otros aliados del espacio como Comuns o Compromís —cuya diputada, Águeda Micó, de Més, la facción mayoritaria de la coalición valencianista liderada por Joan Baldoví, sí terminó cambiándose al Grupo Mixto—, el aragonés dijo sentir hartazgo por el «ninguneo» del PSOE a sus socios, además de la «incomodidad» que le causaba a su formación el hecho de seguir brindando sustento al Ejecutivo de PSOE y Sumar. La dirección de CHA ya se reunió entonces, igual que hizo la de Més —coalición que formaron Més per Mallorca y Més per Menorca con Sumar el 23-J—, para analizar una situación, si bien no se adoptó ninguna decisión al respecto y la salida del Grupo Plurinacional, tanto de Pueyo como del mallorquín Vicenç Vidal, quedó en el aire. A la vuelta del verano, en septiembre, Pueyo desafió una vez más a la dirección de Sumar, apremiando a Sánchez a convocar elecciones generales en caso de no ser capaz de sacar adelante los presupuestos generales del año 2026. Su grupo parlamentario no sólo no le respaldo, sino que incluso le desautorizó. Ese mismo mes, el parlamentario de CHA se unió a Alberto Ibáñez, representante de Compromís que permaneció dentro de Sumar en junio, para romper la disciplina de voto y votar 'no' a la cesión migratoria de Cataluña junto a Podemos, PP, UPN y Vox. Un gesto más que demuestra el poco problema que tienen Pueyo y Chunta, formación sin asiento en el Consejo de Ministros, a la hora de alzar la voz y desbaratar la estrategia de Yolanda Díaz.