Habrá que soltar más monedas: la Fontana di Trevi implanta una entrada para frenar la masificación turística

La icónica fuente romana aborda ahora una nueva etapa marcada por la regulación del flujo de visitantes y la implantación de una entrada simbólica destinada a garantizar su conservación y un uso más equilibrado del espacio A media hora de Ourense: el pueblo medieval perfecto para hacer un viaje en el tiempo con una escapada en Diciembre La Fontana di Trevi es, hoy en día, uno de los símbolos más reconocibles de Roma y una visita imprescindible para cualquier viajero que recorra la capital italiana. Su iconicidad, ligada a la arraigada tradición de lanzar una moneda para asegurar el regreso a la ciudad, la han convertido en uno de los espacios más concurridos del país. Solo el Anfiteatro Flavio, conocido universalmente como el Coliseo romano, registra un volumen de visitantes superior. Y es que parte de su magnetismo reside en su ubicación y en la manera en que se integra en el tejido urbano. Al caminar por las estrechas calles del rione de Trevi, el visitante apenas intuye la presencia de uno de los monumentos más célebres del mundo. De repente, el espacio se abre y la fuente barroca se revela adosada a la fachada posterior del Palacio Poli. Sin embargo, este éxito turístico sostenido en el tiempo ha planteado importantes retos para la ciudad. La presión constante de millones de visitantes ha llevado a que el Ayuntamiento de Roma haya implantado una tarifa obligatoria de 2€ para los visitantes no residentes que deseen acceder al área más próxima a la fuente. Por otra parte, el acceso seguirá siendo gratuito para los ciudadanos romanos. La medida entrará en vigor el 7 de enero y será gestionada directamente por la administración municipal, en colaboración con la empresa pública Zètema y la Superintendencia Capitolina de Bienes Culturales. Desde el Consistorio se subraya que no se trata de convertir la Fontana di Trevi en un recinto cerrado, sino de dotarla de un sistema de gestión acorde con la magnitud de su popularidad. Una medida a favor de un turismo más equilibrado Desde el Ayuntamiento de Roma, el objetivo principal de esta entrada simbólica no es la recaudación económica, sino la organización del espacio y el control del flujo de visitantes. La plaza que se abre frente a la fuente, concebida en el siglo XVIII para un uso urbano muy distinto al actual, se ve con frecuencia desbordada por grandes concentraciones de personas. Además, en los últimos meses, la Fontana di Trevi ha registrado cifras de afluencia sin precedentes, lo que ha generado problemas recurrentes relacionados con la seguridad, la movilidad peatonal y el desgaste del entorno monumental, al dificultar la circulación, incrementar el riesgo de incidentes y acelerar el deterioro de un espacio patrimonial de tal fragilidad. Los datos oficiales del Ayuntamiento de Roma ponen de relieve la dimensión del desafío. Desde diciembre pasado, cuando se introdujo un primer sistema de control con horarios definidos y aforo limitado, más de 5,3 millones de personas han accedido a la Fontana di Trevi en un periodo de apenas seis meses. Cifras que reflejan un volumen de visitantes extraordinario para un espacio que, hasta fechas recientes, contaba con acceso completamente libre. De mantenerse este ritmo, las previsiones apuntan a que la fuente podría cerrar el año con cerca de 11 millones de visitantes, una cifra comparable a la de los grandes complejos arqueológicos y museísticos de la ciudad. Este dato refuerza la necesidad de adoptar medidas estructurales que permitan compatibilizar la afluencia turística con la conservación del patrimonio. El concejal de Turismo y Grandes Eventos, Alessandro Onorato, ha defendido en una entrevista con el Corriere della Sera la iniciativa como una herramienta imprescindible para evitar episodios de saturación extrema, especialmente en periodos de máxima demanda como las fiestas navideñas, la Semana Santa o la celebración de grandes eventos culturales y religiosos que atraen a miles de personas al centro histórico. Un sistema de control ya en funcionamiento Desde el 22 de diciembre, el acceso a la Fontana di Trevi ya se encuentra regulado mediante un sistema de control de aforo. El número máximo permitido en el área más cercana al monumento es de 400 personas simultáneamente, en un horario comprendido entre las 9:00 y las 21:00 horas. Personal municipal debidamente identificado se encarga de supervisar el acceso y garantizar la rotación constante de visitantes, evitando que se formen concentraciones prolongadas en un espacio reducido. Este dispositivo ha permitido mejorar la fluidez del tránsito peatonal y reducir los momentos de mayor congestión, especialmente en las horas punta. Con la implantación definitiva de la entrada, el sistema se reforzará mediante la creación de carriles diferenciados para residentes y turistas, así como con un sistema de pago electrónico que permitirá identificar de forma inmediata a los visitantes no residentes. Esta organización facilitará una gestión más ágil y eficaz del acceso, al tiempo que reducirá la necesidad de estructuras provisionales en el entorno de la plaza. Impacto económico y destino de los fondos Aunque la finalidad principal de la medida es organizativa y preventiva, el impacto económico también es significativo. Las estimaciones realizadas por los servicios municipales indican que la entrada de 2€ podría generar más de 20 millones de euros anuales. Según ha detallado el Ayuntamiento de Roma , estos fondos se destinarán íntegramente a la conservación del patrimonio histórico, la restauración de fuentes monumentales y la mejora de infraestructuras urbanas. Además, la recaudación se sumará a otros ingresos vinculados al turismo, como el impuesto por estancia, que en el último ejercicio aportó alrededor de 200 millones de euros a las arcas municipales. Las autoridades subrayan también que esta inversión permitirá reforzar actuaciones relacionadas con el mantenimiento del espacio público, la sostenibilidad medioambiental y la mejora de los servicios ofrecidos tanto a visitantes como a residentes, consolidando un modelo de turismo más equilibrado y responsable. La Fontana di Trevi seguirá siendo un lugar de encuentro, tradición y asombro, pero bajo un modelo que garantice su preservación a largo plazo. Es por ello que el objetivo final es que futuras generaciones puedan seguir admirando la grandiosidad de uno de los símbolos más universales de Roma, en un entorno ordenado, seguro y respetuoso con su extraordinario valor histórico y artístico. Para información actualizada, comunicados oficiales y detalles sobre el acceso, el Ayuntamiento de Roma recomienda consultar sus canales institucionales y la página oficial de Patrimonio de Roma.