El derecho a opinar sobre la vida social y política que siempre ha defendido el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el arzobispo de Valladolid Luis Argüello, no parece haber sido entendido por los miembros del Ejecutivo . Como ya ocurrió el pasado junio, cuando desde las páginas de ABC reclamaba «dar voz a los ciudadanos» como única «salida al bloqueo institucional», este fin de semana, al repetir la idea en una entrevista en La Vanguardia, el propio Pedro Sánchez no tardó en responderle que «el tiempo en el que los obispos interferían en la política acabó cuando empezó la democracia». Más tarde, el ministro Félix Bolaños le exigió «neutralidad». Sin embargo, no han faltado voces, dentro y fuera de la Iglesia, que han respaldado al presidente del Episcopado. La más férrea defensa le ha llegado a Argüello desde el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, que también es miembro de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal. A través de X ha respaldado la posición del presidente de los obispos a la par que arremetía sin rodeos, aunque sin citarlo, contra el Gobierno de Sánchez. «Dentro de la decadencia moral, corrupción, prevaricación, indecencia de saunas-prostíbulos , robos, mentiras flagrantes y control de la discrepancia judicial y mediática, disparan los mandamases contra la Iglesia una vez más», ha afirmado Sanz Montes, en una explícita referencia a la actualidad que rodea al entorno del presidente del Gobierno. Sanz Montes ha rematado su mensaje de manera directa: «Están acabados. Dice bien L. Argüello: pasar página, ya». Unas palabras que reforzaban la petición de elecciones anticipadas que el presidente de la Conferencia Episcopal ya formuló en ABC el pasado junio y que este domingo reiteró en 'La Vanguardia'. Su post, con cerca de veintidós mil visualizaciones, ha generado un acalorado debate en redes. Pero la del arzobispo de Oviedo no ha sido la única voz pública en respaldar a Argüello. La propia Conferencia Episcopal, a través de su Oficina de Comunicación, daba un paso más al defender el derecho de los obispos a intervenir en el debate público. «El hecho mismo de que los medios pregunten a la Iglesia su opinión sobre la actualidad desmiente que la Iglesia deba ser un agente ausente de la vida pública y la opinión social», explicaban el domingo en un post en X. « Ser miembro de la Iglesia no impide opinar sobre la vida pública ni dar entrevistas», aclaraban. Ese mismo derecho a participar en la vida pública lo reivindicaba este lunes José Antonio Satué , en una entrevista que concedida a COPE Málaga con motivo de sus primeros cien días al frente de esta diócesis andaluza. Satué recordaba que «tanto los obispos como los laicos no podemos pasar de la política si queremos ser ciudadanos responsables, aunque a veces nos asquee este lodazal en que se ha convertido el escenario político, sobre todo el nacional». Y añadía: «Tenemos que aportar cada uno desde nuestra especificidad. La Iglesia tiene una palabra que dar desde los obispos y también desde los laicos: un aporte desde la verdad, desde nuestras reflexiones cristianas, desde la serenidad y la humildad». También advirtió que, «si los políticos y los obispos dijéramos lo mismo que estamos diciendo, pero con humildad, construiríamos una sociedad más vivible». Aunque añadía después que «todos podamos participar, los obispos también», sus palabras han sido interpretadas como una crítica velada a Argüello, especialmente cuando a continuación añadía que «los obispos somos pastores de todos, de los de izquierdas, de los de derechas, de los de centro , y en ese sentido nuestra participación tiene que ser un poco más moderada». Satué no ha sido el único obispo en matizar las palabras de su presidente. También Joan Planellas, arzobispo de Tarragona, reclamaba «más prudencia» con este tipo de manifestaciones. «Es muy legítimo que un cristiano pueda decir lo que ha dicho el arzobispo Argüello, pero yo sería muy prudente al hacer estas afirmaciones en nombre de la Iglesia o en nombre de los diversos pastores de la Iglesia», explicaba en una entrevista a la agencia estatal Efe en la que analizaba la entrevista a Luís Argüello. «Ciertamente, como él dice muy bien, la situación política está más bloqueada que el pasado julio, con una legislatura que está sin presupuestos y con un Gobierno mucho más débil y una situación mucho más precaria«, añadía Planellas, cuyo nombre se baraja entre los candidatos para la sucesión del cardenal Omella en Barcelona. Aunque justo después matizaba sus palabras: «Pero debemos ser muy cuidadosos en la Iglesia al decir que hay que ir a nuevas elecciones o que hay que hacer una moción de censura, porque, según la Constitución Pastoral 'Gaudium et spes' del Concilio Vaticano II, la Iglesia no puede identificarse con ninguna opción política concreta y no está ligada a ningún sistema político». Una llamada a la neutralidad que, no obstante, se diluía cuando el propio Planellas entraba a valorar el posicionamiento de Argüello sobre el concepto de nación y el artículo 2 de la Constitución. «Cuando habla de la nación española y de las diversas nacionalidades, pone todo el énfasis en que, naturalmente, la nación española es la que tiene la soberanía. Pero aquí habría que subrayar la existencia de la nación catalana , que exige una adecuada estructura jurídico-política que haga viables los derechos nacionales que tiene Cataluña», reclamaba el arzobispo Planellas, que también preside la Conferencia Episcopal Tarraconense, el organismo que agrupa a los obispos catalanes.