Dos madres se negaron a aceptar que la muerte de sus hijos quedase reducida a una estadística. Ana María Campo, catalana, y Jeanne Picard, francesa afincada en Galicia, se encontraron hace 25 años en un duelo repentino, brutal e injusto provocado por un siniestro de tráfico: la muerte de sus hijos. De ese dolor compartido nació Stop Accidentes, una fundación surgida de la «rebeldía y el desamparo» de las familias que sufrían en soledad la muerte de sus seres queridos y que hoy es referencia en España en la defensa de las víctimas y en la reivindicación de una movilidad segura.