La delegada de Stop Accidentes en Galicia, Jeanne Picard, relata cómo, recién golpeadas por la tragedia, ella y Ana María Campo se lanzaron hace 25 años a un activismo cuyo destino desconocían: «Éramos dos madres rotas, con el alma partida, pero luchadoras, dispuestas a sacar fuerzas para salir del silencio. No nos resignamos ni aceptamos lo inaceptable ante la catástrofe diaria: casi 5.000 personas fallecían en el tráfico en España ante la indiferencia de la sociedad». No querían ser «víctimas olvidadas por el poder político, apartadas del proceso penal y silenciadas por los medios de comunicación».