Aquello de ir a peinarse el día de Nochebuena o de Fin de Año es cosa del pasado, o eso aseguran desde las peluquerías de la ciudad. La moda del «tardeo», cada vez más extendida, desplazó lo de pasar la tarde en el salón de belleza. Las clientas más jóvenes ya no buscan un arreglo puntual, van días antes para teñirse, cortar o hacerse procesos de hidratación.