Hace catorce años, Coldplay eligió Madrid para iniciar la gira mundial de su quinto álbum, Mylo Xyloto. Los británicos agotaron en una hora las entradas para este evento internacional que se iba a emitir, como algo excepcional, por streaming. Un amigo hizo cola, junto a otros centenares de personas que pacientemente esperaban su turno para pagar, físicamente, unas entradas para un concierto que simbolizaba un punto de inflexión de la banda en cuanto a estilos y géneros. Aquel día, mi buen amigo compró varias entradas a 70 euros para ver al consagrado grupo quince días después: el 26 de octubre de 2011, Coldplay llenó con 18.000 personas la Plaza de Toros de Las Ventas con las luces de colores que entonces nadie conocía, pero que hoy ya forman parte de cualquier espectáculo.