En esa ecuacion que el mundo está intentando resolver con la IA hay una mitad en la que no mucha gente se ha fijado: la deuda. Detrás de cada chat y de cada vídeo generado con IA hay una gigantesca red de centros de datos, y esos centros de datos se están financiando con una montaña de dinero prestado. Y ahí está el problema. En que es prestado. Deuda y más deuda . Según datos recientes , la emisión de deuda asegurada vinculada a centros de datos en Estados Unidos se estima que será de 25.400 millones de dólares para 2025. Es un 112% más que el año anterior. Si sumamos todos los instrumentos financieros complejos (conocidos como valores respaldados por activos —ABS— y valores respaldados por hipotecas comerciales —CMBSS—), la bola de nieve ya es enorme: hay casi 49.000 millones de dólares vinculada a esos valores. Bonos para todos . Aquí no solo hay startup pidiendo préstamos, no. Los gigantes tecnológicos que están montando estas infraestructuras —los llamados hyperscalers— están también aprovechando ese mecanismo. Empresas como Microsoft, Google, Oracle o Meta han redescubierto el mercado de bonos como fuente de financiación. Mejor gastar lo que no es mío . Todas ellas tienen enormes cantidades de dinero, pero en lugar de gastar su propio efectivo, han levantado 100.000 millones de dólares en emisiones de deuda en lo que va de año. El objetivo: comprar miles de GPUs y construir centros de datos antes que la competencia. En Xataka La financiación circular de la IA no había terminado: NVIDIA, Microsoft y Anthropic han firmado un nuevo acuerdo milmillonario Quo vadis, Oracle? Si hay una empresa que encarna el vértigo de esta desmesurada apuesta, esa es Oracle. La compañía creada por Larry Ellison se ha comprometido a cumplir un faraónico acuerdo de 300.000 millones de dólares con OpenAI . Eso la ha obligado a convertirse en el mayor emisor de deuda corporativa (fuera del sector financiero). Las cifras asustan: su deuda total ha crecido hasta los 111.600 millones de dólares , mientras que su caja ha bajado 10.000 millones. Citi estima que necesitarán pedir prestados otros 20.000 o 30.000 millones de dólares cada año (¡cada año!) durante los próximos tres añossolo para seguir construyendo. Ambición desmedida . Hay también ejemplos de startups que están explotando esa faceta. Uno de los más claros es el de CoreWeave , empresa famosa por alquilar capacidad de cómputo para IA. La compañía ha logrado líneas de crédito de 2.500 millones de dólares respaldadas por bancos de inversión de primera línea como JPMorgan. El mensaje del mercado parece claro: "si vas a construir para la IA, aquí tienes el dinero". Cómo hipotecarse a 30 años . Analistas de todo tipo llevan tiempo con la mosca detrás de la oreja, y uno de los últimos informes de Moody's es un buen ejemplo. Los edificios de hormigón se suelen financiar con plazos de 20 o 30 años, pero la tecnología que va dentro (como los chips de IA) cambia radicalmente cada 3 o 4 años. ¿Tiene sentido endeudarse a tres décadas vista para una tecnología que evoluciona tan rápido? Dinero barato . Los inversores además están aceptando cobrar unos intereses mínimos, apenas un 1% por encima de lo que paga la deuda pública segura de EEUU, cuando asumen ese riesgo. Es una preocupante señal clásica de euforia. Hay tanto dinero queriendo entrar en el sector que quienes lo prestan han bajado la guardia y exigen muy poca rentabilidad por su riesgo. Creen firmemente en las promesas de la IA mientras cada vez más analistas avisan , espantados, que estamos ante una "exhuberancia irracional". Tener dinero ya no es suficiente . Todo esto ya asusta, pero el verdadero cuello de botella par ala expansión no es ni siquiera el capital o los chips, sino la red eléctrica . Como apuntó Satya Nadella, CEO de Microsoft, no hay energía para tanto chip . La situación es tan preocupante que un estudio de Deloitte indicó en un estudio que hay una cola de espera de siete años para conectar algunos proyectos de centros de datos a la red eléctrica. Y si las empresas quieren conseguir financiación, necesitan tener garantizado el suministro eléctrico para sus centros de datos. Si no hay enchufe, no hay préstamo. Las Big Tech buscan electrones . En OpenAI ya avisaron del problema hace meses al hablar del "electron gap" ("brecha de electrones") calificando a los electrones (energía) como el nuevo petróleo. Casi todas las grandes de la industria están moviendo ficha. Google ha firmado un acuerdo con TotalEnergies para que se le entreguen 1,5 TWh de electricidad en los próximos 15 años, y Meta hizo algo similar con Treaty Oak Clean Energy para conseguir 385 MW de sus plantas solares en Luisiana. La burbuja ante la gran pregunta . Todo ello hace crecer aún más el temor a que la burbuja de la IA acabe explotando a lo grande. Mientras, la gran incógnita es si la demanda de inteligencia artificial será capaz dentro de 5 o 10 años de pagar la inmensa factura eléctrica y financiera que está firmando hoy. La fiesta del crédito continúa. En Xataka | Mientras Silicon Valley busca electricidad, China la subvenciona: así quiere ganar la guerra de la IA - La noticia Wall Street ha abierto el grifo del dinero infinito para la IA. Se les ha olvidado un pequeño detalle: la red eléctrica fue publicada originalmente en Xataka por Javier Pastor .