La automoción de Extremadura exige un plan Renove urgente tras el 21-D: "Esperemos que el gobierno resultante se tome en serio la seguridad de los extremeños"

El sector de la automoción en Extremadura alza la voz ante la parálisis institucional provocada por las elecciones. La región ostenta el récord de ser la segunda comunidad con el parque móvil más antiguo de España, una responsabilidad que debe ser compartida entre la sociedad y una administración que debería "estar empujando a esa renovación". Así lo ha expresado en COPE Francisco Pantín, presidente de Aspremetal, la Asociación de Empresarios del Metal de Extremadura. Este colectivo también engloba al sector de la automoción. Contrario a la idea de que los jóvenes han perdido el interés por conducir, Pantín afirma que los datos de tráfico demuestran que "son más las solicitudes que hay ahora de las que había hace cinco años". Atribuye esta necesidad a la "carencia de transporte público" en la región, lo que obliga a los nuevos conductores a optar por vehículos cada vez más antiguos, más inseguros y más contaminantes, deteriorando así la seguridad vial. Aspremetal presentó hace dos años y medio a la administración un plan de renovación. La propuesta se centra en facilitar el acceso a vehículos de "tres, cuatro años de antigüedad, no más", que ya incorporan sistemas de seguridad activa cruciales. "El planteamiento es un modelo de renovación de vehículos que dé seguridad para nuestros ciudadanos y nuestras calles", aclara Pantín, desmarcándose de un modelo basado exclusivamente en coches nuevos. El plan, que según el presidente de Aspremetal tendría "coste cero" para la Administración, gracias a un modelo de ahorro fiscal, no depende del Gobierno central, sino que es una competencia autonómica. De hecho, modelos similares ya se están aplicando con éxito en comunidades como Galicia, La Rioja, Madrid o Murcia. La convocatoria de elecciones ha dejado estas iniciativas "atropelladas", en palabras de Pantín. Ahora, el sector de la automoción, que representa más de un 3,5% del PIB regional, se encuentra a la espera de que el nuevo ejecutivo tome las riendas de un asunto que consideran prioritario y que ya se ha demorado demasiado. La principal reclamación es una dotación presupuestaria que, insisten, "va a tener un retorno a las arcas públicas". La esperanza del sector queda resumida en las palabras de su presidente: "Esperemos que el gobierno resultante de las elecciones se tome en serio la seguridad de los extremeños", un objetivo que va más allá de las cifras económicas. En 2024, las matriculaciones en Extremadura apenas subieron un 2,2 por ciento con respecto a 2023. Un dato que es positivo, pero que contrasta con la media nacional, un 7,1 por ciento. Extremadura representaba a finales de 2024 el 0,9 por ciento de la cuota total del mercado nacional. El dato más relevante que arrojó el balance de 2024 en Extremadura fue el cambio radical en las preferencias de los conductores. Por primera vez de forma consolidada, los vehículos de gasolina y diésel fueron minoría frente a las nuevas tecnologías. En 2024, solo se vendieron 763 coches diésel en Extremadura, lo que supuso una caída del 34,34 por ciento con respecto a 2023. La gasolina también perdió terreno. Se matricularon 3.618 unidades, un 6,97 por ciento menos. El segmento de energías alternativas se disparó un 23,19 por ciento, con 4.595 unidades. Esto significa que, en 2024, más de la mitad de los coches nuevos (el 51,2%) que salieron a las carreteras extremeñas eran híbridos o eléctricos. Dentro del contexto nacional, el crecimiento del 2,2% de Extremadura fue modesto. En noviembre de este 2025, en España, por cada turismo nuevo se vendieron 1,9 usados. Esta relación asciende a 2,1 en el acumulado, periodo en el que las ventas de usados de hasta cinco años crecen a un ritmo del 6%, concentrando casi el 26% del mercado. Continuando con el análisis por antigüedad, los datos muestran cómo las ventas de usados de entre ocho y diez años acumulan una subida del 13,7%, hasta alcanzar las 119.078 unidades; mientras que los modelos de más de una década de antigüedad -aunque representan el 57,2% del total del mercado- crecen a un ritmo del 4%. El peso de los modelos más antiguos en el mercado de segunda mano explica que la antigüedad media del vehículo usado vendido en España se sitúe en los 11 años, superando los 15 en el caso de las ventas entre particulares y poniendo de manifiesto las dificultades que tiene gran parte de la población para acceder a soluciones de movilidad eficientes.