De ganar 16 millones de euros en la Lotería a arruinarse y mudarse a una vivienda de alquiler social: «Estoy bien donde estoy, no es una deshonra»

Todo el mundo sueña con vencer a la estadística y llevarse alguna vez en la vida uno de los grandes premios de Lotería y Euromillones que se reparten cada año a lo largo del mundo. Muchos creen que esta lluvia de millones de euros podría solucionar gran parte de los problemas económicos que atraviesan. Otros, por su parte, solo buscan aliviar un poco la presión diaria que sienten a raíz de las deudas y permitirse más caprichos de los que hasta ahora no han gozado. No obstante, lo cierto es que, más allá de mejorar la vida de los portadores de los boletos agraciados, el 70% de los ganadores acaban arruinados tan solo cinco años después de recibir esta cifra a causa de las «decisiones irracionales» . Así lo demostró en 2018 un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) , donde investigaron los numerosos casos de personas agraciadas que habían acabado solas o arruinadas tras hacerse con esta suma de dinero. El motivo de esta caída, apuntaban entonces, es que recibir una inmensa fortuna de golpe suele descolocar tanto que «puede ser difícil rehacer la vida cotidiana». Uno de los últimos casos de ganadores de la Lotería en desgracia que ha trascendido es el de Bruno Caloone , un ciudadano de la región francesa de Hazebrouck . En diciembre de 1995, la vida de este empleado de banco, casado y padre de dos hijos, cambió radicalmente de la noche a la mañana después de embolsarse el gran premio de la Lotto , la lotería nacional de Francia: 70 millones de francos , una cifra que actualmente equivaldría a unos 16 millones de euros . Sin embargo, al contrario de lo que muchos piensan, este ciudadano francés ha visto cómo su fortuna desaparecía en los últimos años a raíz de las malas decisiones empresariales y a compartir su dinero con sus allegados. Ahora, jubilado, vive en una vivienda social , aunque, en una entrevista para el diario galo La Voix du Nord asegura que no lo ha perdido todo y relata lo que realmente le sucedió. Convertido de la noche a la mañana en millonario, comparte generosamente sus ganancias con sus allegados, multiplica las donaciones a asociaciones e invierte su fortuna en varios proyectos bastante descabellados para la época. Caloone se convirtió de la noche a la mañana en millonario, superando los 16 millones de euros en su cuenta. En aquel momeno, su principal prioridad fue la de compartir el dinero con su familia , además de destinar buena parte de estos ingresos a asociaciones en forma de donación y también a sus aventuras empresariales. Como buen aficionado a las carreras de caballos, el ganador de la Lotería montó su propia hípica con 14 ejemplares , sin escatimar en gastos para aquellos que quisieran introducirse en el mundillo. Llegó a alquilar autocares para los ciudadanos que quisieran asistir a uno de estos eventos, llegando a reunir a más de 400 personas para viajar hasta el hipódromo de Chantilly . Durante los viajes, se organizaban tómbolas con televisores como premio, según ha contado al medio francés. No sería hasta 1997, dos años después de conseguir la numeración correcta, cuando acabó cumpliendo su mayor sueño: convertirse en propietario de la empresa Labis , especializada en carne de cerdo, que acababa de declararse en quiebra. Caloone invirtió buena parte de su fortuna para salvarla , ayudando a conservar 49 puestos de trabajo dentro de la compañía del mercado porcino. Sin embargo, las dificultades acabaron sobreponiéndose: a finales de 2004, tuvo que liquidar la compañía , lo que supuso una pérdida de cinco millones de euros . A pesar de ello, Caloone ha asegurado en La Voix du Nord que no achaca el fracaso a una mala gestión: «Nos declaramos en quiebra, pero no tuvo nada que ver con una mala gestión. No tengo nada que reprocharme ». El ganador de la Lotto recuerda que, aunque él «no tenía experiencia» como empresario, sí se rodeó de mucha «gente competente». « Fueron las circunstancias las que lo provocaron . Desde entonces, otras empresas han desaparecido y el matadero ha cerrado. A posteriori, claro, siempre se puede decir 'deberías haber hecho esto', pero para mí no es un fracaso », reconoció en declaraciones a este mismo medio galo. Tampoco le fueron bien otros proyectos empresariales como la panadería francesa que decidió abrir en Sarajevo , la capital de Bosnia y Herzegovina, que justo acababa de salir de la guerra. Además, probó suerte en el mundo de los viajes ofertando estancias en las costas de Croacia, otra aventura que fracasó estrepitosamente. En 2007, poco después de estos fallos, Bruno Caloone se hizo cargo de un estanco y, apenas unos años después, se divorció de la que fuera su esposa y se vio obligado a vender su vivienda en Hazebrouck. Todo esto supuso un nuevo vuelco en su vida casi 20 años después de convertirse en millonario. Después de este revés, trabajó durante dos años en una asociación de reinserción y luego se jubiló. Ahora, el sexagenario continúa viviendo en la región francesa, aunque lo hace de manera muy diferente: vive en una vivienda social . « Estoy bien donde estoy, no es una deshonra vivir en una vivienda social», contó al citado medio. Aunque muchos de sus vecinos piensan que está arruinado , Caloone desmiente esto y asegura que no ha perdido todo el dinero que ganó entonces. Además de ello, considera que no tiene ningún remordimiento después de una vida entregada a sus pasiones y se siente orgulloso de haber podido hacer el bien a su alrededor.