Elena descubre una casa del siglo XIX en un pueblo de La Rioja y decide mudarse: "No va a estar perfecta según entras a vivir, tienes que convivir con las obras"

Ventosa, con unos 200 vecinos, es uno de los pocos pueblos de La Rioja cuya población está creciendo gracias a su cercanía a Logroño. Este auge, sin embargo, ha traído consigo una nueva pregunta: ¿dónde pueden vivir los nuevos vecinos? La llegada de jóvenes ha puesto de manifiesto la necesidad de vivienda, un reto que proyectos como 'Rehabilita' del Ayuntamiento del pueblo o el plan 'Revive' del Gobierno regional buscan solucionar recuperando inmuebles antiguos y ayudando a que los jóvenes proyecto sus vidas en los pueblos. Una de las tantas casas vacías que esperan en nuestros pueblos ya ha encontrado un nuevo proyecto de vida. Se trata de la vivienda de Elena Arbaízar, una profesora de 47 años que se trasladó a Ventosa para rehabilitar una casa del siglo XIX. Para ella, la historia comenzó al revés, ya que según ha contado, "primero fue ella, la casa, y después el pueblo". Las dificultades para encontrar una vivienda de alquiler asequible en Logroño, con un solo ingreso y una hija, le llevaron a buscar una alternativa en el mundo rural. Su objetivo era adquirir una propiedad sin 'endeudarme hasta el fin de mis días', como ella misma explica en COPE Rioja. Así encontró una vivienda de arquitectura popular en Ventosa, una construcción humilde que, aunque necesitaba una gran reforma, le conquistó: "Me encantó la casa, dije, tengo que meter mucha reforma, mucho dinero, pero la puedo hacer mía y vivir ese proceso". Elena Arbaizar lleva ya cuatro años inmersa en una rehabilitación que, según advierte, es un proceso largo. Parte del mensaje que impulsa el proyecto 'ReHabita' del Ayuntamiento de Ventosa es la necesidad de 'trasladar la paciencia' que requieren estas obras. "No va a estar perfecta la casa según entras a vivir y tienes que convivir con las obras", ha señalado la profesora, quien defiende que esta experiencia forma parte del proceso de hacerla suya. Uno de los mayores desafíos es la escasez de profesionales especializados. "Una de las grandes dificultades es encontrar a profesionales que puedan rehabilitar con técnicas tradicionales este tipo de edificios", lamenta Arbaizar. Ante este problema, y con el apoyo del Gobierno de La Rioja, ella misma ha participado en la organización de talleres vecinales para elaborar revoco de cal y aislar las fachadas. Elena ha vivido en otras ciudades, incluso en otros países, pero ahora sabe que Ventosa es su hogar, su sitio. Un refugio con redes y apoyo, un lugar donde la vida es un poquito más fácil. La historia de Elena es un reflejo del éxito de las iniciativas para atraer población al mundo rural. En los últimos años, en Ventosa se han vendido una cuarentena de inmuebles, y todavía quedan casas vacías que, como la de Elena, esperan una nueva vida para contribuir a que el pueblo siga creciendo. Historias como las de Elena nos recuerdan que los pueblos, nuestros pueblos, siempre son refugios y un escenario perfecto para comenzar una nueva vida, en lo personal y también en lo profesional.