Justo a punto de iniciar el regreso a España desde el aeropuerto internacional de Santiago de Chile, con nombre de comandante, dejo atrás la capital con 35 grados. Me espera el invierno allá en Cáceres. El avión de Iberia viene atestado de turistas y españoles de vuelta a casa por Navidad. España engancha en cualquier época. Me esperan casi 13 horas de vuelo. Cruzaré Brasil, subiré por África y aterrizaré amaneciendo hoy en el lluvioso Madrid.