León XIV pide que pongamos el Belén en nuestras casas: "Un elemento tan importante en nuestra fe y cultura"

El Papa León XIV nos ha pedido que estas Navidades no olvidemos de poner el pesebre en nuestras casas: "Dentro de pocos días sera Navidad, y me imagino en sus casas se está ultimando la preparación del Pesebre", señalaba el Papa además el deseo que un elemento tan importante de "nuestro fe, cultura y arte cristiano, continúe formando parte de la Navidad para recordar a Jesús". El Papa León XIV ha dedicado la Audiencia General de este miércoles a reflexionar sobre el 'movimiento constante' que caracteriza la vida humana. En un mundo donde 'se exige en todas partes rapidez', el Pontífice ha advertido sobre el riesgo de que el exceso de actividad se convierta en 'un vórtice que nos aturde' y nos 'quita la serenidad', llevando a una sensación de vacío incluso al final de jornadas muy ocupadas. El Papa ha explicado que el problema no reside en las acciones en sí, sino en el 'corazón', al que ha descrito como 'la síntesis de pensamientos, sentimientos y deseos'. Citando el Evangelio de Mateo, ha recordado las palabras de Jesús: 'Porque allí donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón'. Este es, según el Santo Padre, el verdadero núcleo del problema. Frente a las 'inversiones financieras' o los bienes terrenales, el verdadero tesoro se encuentra en otro lugar. Para ilustrarlo, ha recurrido a san Agustín y su concepto de cor inquietum (corazón inquieto). 'Con este adjetivo, san Agustín nos hace comprender el impulso del ser humano que tiende a su plena realización', ha señalado el Papa, antes de citar la famosa frase de las Confesiones: 'Señor, tú nos hiciste para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti'. El papa León XIV ha denunciado que "las grandes inversiones financieras" están "hoy más que nunca enloquecidas e injustamente concentradas, idolatradas al precio sangriento de millones de vidas humanas y de la devastación de la creación de Dios". Además lamentó que "a menudo percibimos que el hecho de hacer demasiado, en lugar de darnos plenitud, se convierte en un vórtice que nos aturde, nos quita la serenidad, nos impide vivir mejor lo que es realmente importante para nuestra vida". "Entonces nos sentimos cansados, insatisfechos: el tiempo parece dispersarse en mil cosas prácticas que, sin embargo, no resuelven el significado último de nuestra existencia. A veces, al final de días llenos de actividades, se sienten vacíos", agregó. Y aseguró que "es en el corazón donde se conserva el verdadero tesoro, no en las cajas fuertes de la tierra, no en las grandes inversiones financieras, hoy más que nunca enloquecidas e injustamente concentradas, idolatradas al precio sangriento de millones de vidas humanas y de la devastación de la creación de Dios". Según León XIV, esta 'inquietud' no es desordenada, sino que 'está orientado hacia su destino último, el de volver a casa'. Este destino no es la posesión de bienes, sino 'alcanzar lo que puede colmarlo plenamente, es decir, el amor de Dios'. Sin embargo, ha matizado que este tesoro 'solo se encuentra amando al prójimo que se encuentra en el camino', a esos 'hermanos y hermanas de carne y hueso'. El Pontífice ha descrito esta interacción como el 'secreto del movimiento del corazón humano'. Ha afirmado que 'el prójimo te pide ralentizar, mirarlo a los ojos, a veces cambiar de planes, tal vez incluso cambiar de dirección'. Es en esta apertura y donación donde el corazón encuentra su verdadero propósito y el gozo 'que no termina, que no decepciona'. Finalmente, el Papa ha subrayado que la Encarnación, Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo 'ha dado un fundamento sólido a esta esperanza'. Gracias a ello, ha concluido, 'el corazón inquieto no se sentirá defraudado si entra en el dinamismo del amor para el que ha sido creado', porque '[la vida venció] y en Cristo seguirá venciendo'.