Un pájaro muy común en la ciudad de Los Ángeles se adaptó rápidamente y de forma sorprendente a un nuevo entorno durante la pandemia, cuando las personas se confinaron en sus domicilios y redujeron al mínimo su presencia en la calle: los polluelos evolucionaron rápidamente para asegurar su supervivencia ante la falta del alimento que les proveían los humanos y que entonces empezó a escasear, y recuperaron características fisiológicas propias de sus congéneres que habitan en zonas silvestres. Cuando acabó el confinamiento, las aves recuperaron su aspecto anterior. Leer