La odisea de la calle Riu en Vila-real: el rescate en barca que desata la indignación vecinal

La reciente borrasca Emilia ha dejado a su paso precipitaciones acumuladas de más de 100 litros por metro cuadrado en puntos como Burriana. Aunque las actuaciones de los bomberos han sido escasas, una de ellas ha destacado: el rescate en barca de dos personas en Vila-real. Los hechos ocurrieron el domingo por la tarde en la calle Riu, una zona habitualmente conflictiva, donde un hombre y una mujer vieron cómo su vehículo quedaba bloqueado por el agua. Al intentar continuar a pie, la inundación y la movilidad reducida de la mujer les impidió avanzar, por lo que los efectivos del Consorcio de Bomberos de Castellón tuvieron que evacuarlos en una embarcación hasta su vivienda. La situación ha colmado la paciencia de los vecinos de la zona de Molí Nou. Verónica, una de las residentes afectadas, ha explicado que "no es la primera vez que pasa, que la calle está incomunicada, que no puedes entrar a casa o no puedes salir y que necesitamos a la policía o incluso a los bomberos para poder llegar", lamenta. Según relata, no son necesarias lluvias torrenciales para que la calle, que desemboca en el río, se inunde y les impida hacer vida normal. Esta incertidumbre constante genera una gran impotencia entre los residentes. "Es una frustración total en los vecinos, porque es que cada vez que caen cuatro gotas, estamos mirando la calle para saber si podremos entrar o no a nuestros domicilios", denuncia Verónica. La situación, añade, les impide realizar una vida normal y les genera una gran preocupación ante la posibilidad de que ocurra "una urgencia sanitaria, una urgencia vital necesaria". Los vecinos reclaman una solución definitiva al ayuntamiento de Vila-real. Verónica recuerda que, tras varias reuniones aplazadas, finalmente a mediados de septiembre el consistorio les explicó que las obras estaban aceptadas. "Se nos dijo que comenzarían las obras antes de que acabara el año, ya que venían de fondos europeos aprobados y se tenían que justificar", asegura. Sin embargo, la realidad meses después es muy distinta. "Ahora mismo no tenemos constancia oficial de aquella reunión y a eso nos tenemos que asegurar", afirma la vecina. Lo único que han visto son "unas marcas en tierra" a lo largo de la calle, pero nada más. "No han comenzado las obras por ningún sitio, ni tampoco tenemos ningún aviso oficial de que vayan a comenzar", sentencia. Mientras las soluciones no llegan, los vecinos se ven obligados a alterar su día a día cada vez que hay previsión de lluvias. Verónica explica que, ante el último episodio, tuvieron que dejar a sus hijos a dormir en casa de familiares. Tanto ella como su pareja no pudieron "acceder al domicilio hasta casi las once de la noche", cuando el nivel del agua bajó lo suficiente para pasar con el coche sin riesgo. No es una situación aislada, ya que en otras ocasiones han tenido que buscar alternativas para poder volver a sus casas. "Más de una vez nos ha tocado subir por un muro lateral para poder acceder a nuestros domicilios y dejar el coche aparcado al otro lado", concluye la vecina.