La campaña para las elecciones extremeñas del veintiuno de diciembre se juega también en el terreno de la comunicación no verbal. Un detalle que no ha pasado desapercibido es la predilección por el color rojo de Irene de Miguel, candidata de Unidas por Extremadura. La consultora en comunicación no verbal y política, María Hernández, analiza qué hay detrás de esta y otras estrategias de los principales candidatos para conectar con los votantes. Según Hernández, la elección del rojo por parte de De Miguel no es casual. Este color, asociado a la lucha social, es también el corporativo del PSOE. La experta sugiere que la candidata podría estar buscando atraer a la "parte de la izquierda descontenta con el Partido Socialista". En su comunicación, Irene de Miguel proyecta cercanía y empatía, con un estilo "muy visceral" y espontáneo que la hace parecer "muy auténtica", aunque su punto débil, posiblemente por presupuesto, es la escenografía de sus actos. Por su parte, Miguel Ángel Gallardo (PSOE) centra su estrategia en transmitir credibilidad y estabilidad. Para ello, utiliza una "baja variabilidad gestual" y una voz grave y estable, sin estridencias. Una de las novedades en sus actos es la sustitución del tradicional panel de personas por una pantalla digital donde se proyectan los lemas de campaña, una decisión que busca ofrecer una imagen de "frescura" y "limpieza visual", dando más protagonismo al líder. La candidata del PP y presidenta de la junta, María Guardiola, es definida como la más "expresiva" de todos. Sin embargo, su cargo institucional la obliga a contenerse. "Ella se soltaría más, que tiene un dominio emocional y que se corta", afirma Hernández. Su punto fuerte es la voz, "muy proyectada, muy clara, con mucho énfasis", una herramienta que utiliza tanto que en ocasiones le ha provocado afonía. Además, ha sabido adaptar su registro en TikTok, donde utiliza una vestimenta más informal para conectar con el público joven. En el caso del candidato de Vox, Óscar Fernández, su estilo es el más "expansivo e intensivo". Su objetivo es movilizar emocionalmente y polarizar, buscando atraer a los descontentos del PP. Utiliza gestos "mucho más expansivos, quizá, exagerados" y menos silencios para generar una fuerte carga simbólica y partidista. Según la experta, el candidato de Vox "prioriza una movilización, incluso me atrevo a decir una polarización a través de esa comunicación no verbal". Pese a sus diferencias, los principales candidatos comparten un reto común: atraer el voto joven. Todos se encuentran en una franja de edad similar y, según Hernández, tienen más fácil conectar con el electorado de mayor edad. El gran desafío es "encantar, encandilar y comprometer a la gente joven", un sector del electorado que a menudo está desconectado de la política pero cuyo voto puede ser determinante en estos comicios.