El Pleno de la Diputación ha arrojado novedades sobre la ofensiva en marcha contra las fugas de agua en los pueblos de Málaga, que fue iniciada a raíz de los alarmantes resultados de los estudios realizados durante la sequía. Hace tres años, ya se llegó a la conclusión de que el agua que se pierde en la provincia de Málaga abastecería a una ciudad de 100.000 habitantes. Además, este número de personas es lo que sumarían, prácticamente, las poblaciones de 70 de los pequeños municipios malagueños. Y, desde entonces, la institución viene impulsando medidas de ahorro y un plan de choque como el que le llevará a instalar 6.000 contadores para telelectura de consumos y la utilización de detectores y localizadores de fugas de agua para controlar 210 depósitos y hasta 600 kilómetros de conducciones, entre otras actuaciones. Tales líneas de trabajo se enmarcan en el proyecto 'Málaga Aqua Rural 5.0', encaminado a optimizar el control del agua, detectando rápidamente fugas u otras anomalías en las redes.