Cinco consejos para evitar malas digestiones con las comilonas navideñas

Ya desde la segunda quincena de diciembre empiezan las comidas y las cenas de empresa, los encuentros con amigos y, cómo no, las reuniones con la familia. La intención de estos eventos es celebrar la despedida del año , pero en todos (o en su gran mayoría) la protagonista acaba siendo la comida y la bebida. Esto suele derivar en almuerzos y cenas a deshoras que se alargan y se solapan las unas con las otras, y este descontrol de horarios y de cantidades mantenido durante casi un mes termina por pasarle factura a nuestro sistema digestivo. Llegan así las sensaciones de malestar y pesadez , los ardores y la hinchazón tan característicos de las comidas copiosas. Para prevenirlos , sin dejar de disfrutar de los eventos sociales, las expertas en nutrición, bioquímicas y fundadoras de Futurlife21   Elena Pérez y María Hernández-Alcalá comparten cinco formas de cuidar del sistema digestivo de manera fácil y aplicable a cualquier momento. La clave, recuerdan, está en «encontrar un equilibrio que permita disfrutar de un modo saludable ». A pesar de contar con varios eventos en una corta franja de tiempo, las comidas navideñas no se tienen todos los días. Es importante saber diferenciar estos días del resto, durante los cuales se deben mantener los mismos hábitos saludables que se cuidan durante el año. Incluir frutas y verduras , hidratarse adecuadamente (con agua, tés, infusiones...), realizar ejercicio y evitar el exceso de alimentos procesados y de alcohol son algunos de los consejos para cuidar el sistema digestivo. Un error frecuente es creer que ayunar o comer poco antes de los banquetes compensa el exceso de las grandes comidas, pero así solo se consigue desequilibrar al organismo, lo que fomenta su inflamación. Es precisamente esa hambre derivada de no comer la que provoca una ingesta más impulsiva , que se convierte en una comida copiosa e influye en un posterior malestar. Lo adecuado en estos casos es comer cuando se está acostumbrado, de manera consciente para evitar excesos y priorizar la fibra (frutas, verduras, frutos secos…) que ayudarán a mantener un buen ritmo digestivo. El frío, las pocas horas de luz y 'querer aprovechar las vacaciones para descansar' suelen ser las excusas más recurridas para procrastinar el ejercicio. Pero no hace falta hacer grandes esfuerzos físicos para mantener un movimiento saludable : dar paseos (sobre todo por la mañana, para obtener los beneficios del sol), hacer estiramientos y entrenamientos de bajo impacto son algunas de las opciones. Para quienes quieran algo más, las escaleras son un gran aliado y aprovechar las carreras populares también es una buena forma de animarse a hacer deporte. Como beneficios, el deporte mejora el estado de ánimo y ayuda a acelerar el metabolismo que, por su parte, contribuye a optimizar las digestiones. Es frecuente sacar a relucir las dotes culinarias para las comidas navideñas y quedarse sin ideas – o sin ganas – para el resto de días. Pero la cocina casera es una gran aliada para la salud, ya que es una forma fácil y más económica de comer sano y variado . Evitar los ultraprocesados y, por el contrario, apostar por caldos y cremas , en los que se priorizan las verduras, usar proteínas de buena calidad y hacer un uso equilibrado de hidratos y grasas saludables, como el salmón , el aguacate y los frutos secos, garantiza un menú ideal para cuidar del organismo. Es importante saber satisfacer los antojos de vez en cuando, pero si además los postres pueden ser caseros, disfrutarás de un capricho hecho con productos de calidad y naturales que podrás personalizar con los sabores que más te gusten. Las comidas no sólo se disfrutan en el momento; saber deleitarse 'a posteriori' también es un gusto que se tiene que poder sentir sin culpabilizarse por ello. Por eso, en vez de restringir las comidas posteriores 'para compensar', lo más adecuado y sano es volver a los buenos hábitos – alimentación equilibrada, ejercicio físico, buena hidratación - y recordar con gusto la comida de la que se disfrutó. De lo contrario, se corre el riesgo de generar una mala relación con la comida, basada en la culpabilidad y la restricción, que puede derivar en ansiedad y una mayor inclinación a consumir alimentos poco saludables.