Con la llegada de la Navidad, muchas familias se plantean regalar una mascota a los más pequeños. Sin embargo, los expertos lanzan una clara advertencia sobre los peligros de esta decisión. Alejandra Mier, responsable del Centro de Protección Animal de Gijón, ha desaconsejado totalmente esta práctica en una entrevista en el programa Mediodía COPE en Gijón, insistiendo en que un animal nunca debe ser considerado un objeto. El principal problema de regalar un ser vivo es que los niños pueden asociarlo con un juguete pasajero. Mier subraya la importancia de educar a los más pequeños en la responsabilidad: "Los juguetes tienen unos este año, el año que viene otro, los del año anterior ya se quedaron en un cajón". Esta asociación es peligrosa, ya que un animal no es un juguete del que uno pueda cansarse, sino un miembro más de la familia durante muchos años. Ante la pregunta de qué se debe tener en cuenta si se piensa en un animal como regalo de Papá Noel o los Reyes Magos, la respuesta de Mier es tajante: "Nunca se debe regalar". La experta insiste en que los animales no pueden ser tratados como una sorpresa ni como un objeto perecedero. Por este motivo, desde el centro se oponen a que un animal sea una sorpresa. "Desaconsejamos totalmente que se sorprenda a los niños en estas fechas con un animal de compañía", ha sentenciado Mier. La alternativa que proponen es que la adopción sea un proceso responsable y consensuado, "yendo toda la familia a conocer los perros y gatos que hay en un centro, y ver el adecuado para la familia", desligándolo por completo de la idea de un regalo que pasa de moda. La política del albergue es estricta para garantizar el bienestar del animal. Alejandra Mier ha explicado que es habitual en Navidad, o en épocas de comuniones, que la gente acuda buscando un animal para regalar. "Nosotros nunca damos animales para terceras personas", afirma, ya que la persona que se hará cargo del animal debe estar presente para recibir el asesoramiento necesario y asumir conscientemente la responsabilidad que conlleva. El trabajo de concienciación parece dar sus frutos. Desde que Alejandra Mier asumió la dirección del centro hace tres meses, las cifras han mejorado notablemente. Cuando llegó "había 110 perros y 32 gatos", ha recordado; actualmente, el número ha descendido a 70 perros y una veintena de gatos, una buena noticia que demuestra que cada vez más familias optan por la adopción responsable. El Centro de Protección Animal de Gijón permanece abierto durante todo el año para quienes deseen dar un hogar a uno de los muchos animales que esperan una familia. La visita permite conocerlos y encontrar al compañero adecuado para darles, como ha concluido Mier, "la vida que merecen".