El CD Tenerife ha encontrado un filón en la estrategia a balón parado, que se ha convertido en su principal argumento ofensivo en las últimas semanas. El equipo blanquiazul ha hecho de los saques de esquina un arma letal, hasta el punto de que siete de sus últimos quince goles en las siete jornadas más recientes han nacido desde el córner, evidenciando una notable efectividad. La responsabilidad de ejecutar estas acciones ha recaído en Nacho Gil, quien ha monopolizado los lanzamientos ante la ausencia por lesión de Marc Mateu, el especialista designado a principio de temporada y que lleva en el dique seco desde agosto. Lejos de ser una solución temporal, Nacho ha respondido con un rendimiento sobresaliente, firmando cinco asistencias de gol y demostrando una precisión que está marcando la diferencia. La racha comenzó en Ferrol, con un gol de Ulloa tras una peinada de Noel en un córner botado por Nacho. La misma fórmula se repitió con variaciones ante el Celta Fortuna, donde Ulloa marcó después de una pared con Michael Mesa. Frente al Arenas, fue Aitor Sanz quien embocó a la red una peinada de De Miguel, y contra el Arenteiro, un toque de cabeza de Enric Gallego fue remachado por Fabricio. La alta eficacia de esta estrategia ha sido aún más evidente en los últimos encuentros. Los dos goles de Fabricio contra el Lugo y el tanto de la victoria de Enric Gallego en Avilés llegaron tras un saque de esquina. De hecho, los últimos cuatro goles del Tenerife han tenido el mismo origen: un centro medido de Nacho Gil desde el banderín. El propio Nacho Gil reconocía recientemente la importancia de estas jugadas en el plan del equipo. "Sabemos que que es muy importante, ¿no? Tanto a favor como como en contra, el estar concentrado ahí", afirmó el jugador. "Somos conscientes de la gente que tenemos, de los cabeceadores que tenemos, que son muy buenos, tanto Enric como Demi, incluso como Fabri, que no es el más alto, pero es un animal también yendo de cabeza. Sabemos que es una buena manera también de abrir el marcador". Expertos como el entrenador Kiko De Diego valoran muy positivamente esta faceta del juego. "Es importantísimo. Un equipo que quiere estar arriba habitualmente suele conseguir del orden de 10 o 15 goles por temporada a balón parado", explica, subrayando que en partidos trabados, como el de Avilés, esta arma "es importante" para desequilibrar la balanza. Además, destaca que el Tenerife tiene "potencial por arriba" con sus delanteros y centrales, lo que, sumado a un lanzador como Nacho, convierte la estrategia en "un fuerte" para el club.