Bellver Blue Tech Zone estrena una pionera cápsula de arte inmersivo que te transporta al fondo del océano: "Dejas de ver para empezar a vivir"

La localidad de Benicàssim ha inaugurado una propuesta cultural pionera, un espacio de arte inmersivo que se aleja de los formatos clásicos. Se trata de la experiencia 'The Rhythm of the Ocean', creada por los artistas del estudio Desilence y ubicada en el espacio Vortex del Bellver Blue Tech Zone. La comisaria de la exposición, Antònia Folguera, ha explicado en el programa 'Mediodía COPE MÁS en Valencia' con Carles Villeta las claves de este proyecto que transforma la manera de experimentar el arte. El espacio Vortex es una de las claves de la experiencia, ya que no es la habitual sala de exposiciones. "No es habitual que exista en muchos sitios del mundo un espacio que no es una habitación cuadrada, sino que es una habitación cilíndrica, y que esté completamente recubierta de pantallas LED", ha detallado Folguera. Esta peculiaridad, que incluye hasta las puertas, crea una sensación única que la comisaria describe como "entrar en una cápsula del tiempo o en una nave espacial". El objetivo es que el espacio deje de ser un conjunto de pantallas para convertirse en "una pieza artística viva, en movimiento, que te mueve, incluso físicamente". De hecho, la comisaria ha reconocido que hay visitantes que pueden llegar a marearse ligeramente. La obra, con una duración de ocho minutos, se inspira en el océano para crear un mundo digital del que el visitante pasa a formar parte. Según ha explicado Antònia Folguera, una de las ramas del arte digital es el arte digital inmersivo, que busca introducir al público dentro de un entorno. "Lo que nos permiten este tipo de espacios es romper completamente la barrera de la frontalidad, la frontera entre la obra artística y el público, metiendo al público dentro de la obra", ha señalado. De esta forma, el visitante abandona su rol pasivo. Este cambio de paradigma es fundamental en la experiencia. "En realidad, el público deja de ser público, ya no es espectador, es un visitante a un mundo o un invitado a un mundo", ha afirmado la comisaria. En este sentido, ha añadido que es lo más cercano a la realidad virtual sin necesidad de usar gafas, una posición en la que "dejas de ver para empezar a vivir". Folguera ha querido diferenciar este proyecto de otras propuestas inmersivas que se centran en revisitar la obra de grandes maestros de la pintura. "El arte inmersivo es arte de hoy en día, es el arte del siglo XXI", ha defendido. Aunque esas experiencias son válidas para la divulgación, ha destacado que el proyecto de Benicàssim persigue otro fin. "Aquí lo que estamos haciendo es poner a disposición de los artistas del siglo XXI las condiciones para que hagan su trabajo, para que artistas vivos, no artistas muertos, den su visión del mundo", ha sentenciado. Se trata de que los creadores actuales puedan expresarse con las herramientas de ahora. La comisaria lo resume de forma clara: "Los artistas son artistas de hoy dando su visión del mundo y su manera particular y personal de expresarse, que esto es el arte". Finalmente, Folguera ha explicado el vínculo del proyecto con su ubicación, un centro donde una de las principales líneas de trabajo es la investigación y la conservación marina. La propuesta artística nació con la idea de "vincular investigación científica con arte y tecnología", demostrando cómo ambas disciplinas pueden informarse mutuamente. La experiencia, apta para todos los públicos, cuenta con el impulso de Global Omnium en el marco del proyecto Bellver Blue Tech Zone.