La reina Letizia se permitió este miércoles un guiño poco protocolario y muy reconocible para cualquiera que viva pendiente de las palabras. En la sede de la Real Academia Española, durante el acto del 20º aniversario de la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), confesó que también forma parte de ese club no declarado de lectores que no pueden evitar "fruncir el ceño" ante una coma fuera de sitio, una tilde inexistente o una mayúscula caprichosa en un mensaje de wasap.