Un joven se acercó confiado a un robot bailarín en una exposición, decidido a inspeccionarlo de cerca, pero la curiosidad le salió más cara de lo previsto. En plena coreografía, el androide extendió el brazo y le dio un golpe seco que lo hizo retroceder de inmediato. El joven quedó más sorprendido que lastimado, mientras el robot continuó bailando como si nada. El video, mezcla de imprudencia y reacción robótica involuntaria, no tardó en hacerse viral.